Tengamos cuidado al recibir “nueva luz”, 22 de diciembre
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad”. 2 Pedro 1:16. CT 365.1
Hemos de orar en procura de instrucción divina, pero al mismo tiempo debiéramos ser cuidadosos en cuanto a la forma de recibir todo lo que se considera nueva luz. Debemos estar alertas, no sea que bajo la apariencia de escudriñar en procura de nueva luz, Satanás aparte nuestra mente de Cristo y de las verdades especiales para este tiempo. Se me ha mostrado que el artificio del enemigo es orientar las mentes para que se ocupen de algún punto oscuro o sin importancia, algo que no está plenamente revelado o que no es esencial para nuestra salvación... CT 365.2
El Señor nos invita a seguir principios nobles y elevados. Debemos permitir que los principios del mensaje del tercer ángel se manifiesten claros y distintos. Los grandes pilares de nuestra fe sostendrán todo el peso que se ponga sobre ellos... CT 365.3
Nuestros hermanos deben dejar de basarse en ideas peculiares animados por el concepto: “Tú debes ver esto como yo lo veo; de lo contrario, no podrás alcanzar la salvación”. ¡Apártese este egoísmo! La gran obra que se debe hacer es ganar almas para Cristo... CT 365.4
Hay un tiempo de angustia que se aproxima para el pueblo de Dios, pero no hemos de mantener eso constantemente delante de los nuestros, manejándolos de tal manera que pasen por un tiempo de angustia de antemano. Ha de haber un zarandeo entre el pueblo de Dios, pero no es ésta la verdad presente para llevar a las iglesias; el zarandeo será una consecuencia de rechazar la verdad presentada... CT 365.5
Los ministros no debieran pensar que tienen algunas maravillosas ideas avanzadas y que, a menos que todos las reciban, serán eliminados con el zarandeo y que surgirá un pueblo que avanzará y subirá hacia la victoria. Se cumple tan ciertamente el propósito de Satanás cuando los hombres se adelantan a Cristo y hacen la obra que él nunca les ha confiado, como cuando permanecen en el estado laodicense, tibios, sintiéndose ricos y enriquecidos y sin necesidad de nada. Las dos clases son igualmente piedras de tropiezo. CT 365.6
Algunos apasionados, que tienen el propósito de ser originales y que dedican a eso todas sus energías, han cometido un grave error al tratar de presentar delante de la gente algo pasmoso, maravilloso, fascinador, algo que ellos creen que otros no comprenden; pero ellos mismos no saben de qué están hablando... CT 365.7
Hay quienes son naturalmente combativos. No les preocupa mucho si armonizan con los hermanos o no. Quieren entrar en controversia; les gustaría luchar por sus ideas particulares, pero debieran poner esto a un lado, pues eso no desarrolla las virtudes cristianas. Trabajen con todo su poder para responder a la oración de Cristo de que sus discípulos sean uno, así como él es uno con el Padre.—Manuscrito 82, 1894. CT 365.8
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