La hermosura de Jehová, 7 de noviembre Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Salmos 27:4. https://ift.tt/3qfBQ8D Hay facultades elevadas al alcance de todos. Bajo la vigilancia divina, un hombre puede tener una mente íntegra, santificada, elevada y ennoblecida. Mediante la gracia de Cristo, la mente del hombre se habilita para amar y glorificar a Dios, el Creador. El Señor Jesús vino a nuestro mundo a representar al Padre... Cristo era la imagen exacta de la persona de su Padre, y vino a nuestro mundo para restaurar la imagen moral de Dios en el hombre, a fin de que éste, aunque caído, pudiera identificarse con el carácter y la imagen divinos, adornado con la belleza de la bondad del Señor, mediante la obediencia a los mandamientos de Dios. Y de aquellos cuyos caracteres son así transformados, se dice: “Empero deseaban la mejor, es a saber, la celestial”.—Manuscrito 24, 1891. Dios desea que los jóvenes sean atractivos, no con adornos artificiales, sino con la hermosura del carácter, los encantos de la bondad y el afecto, los cuales ceñirán sus corazones con alegría y felicidad.—The Signs of the Times, 6 de diciembre de 1877. Se debería enseñar a las jóvenes que el encanto verdadero de la mujer no reside sólo en la belleza de la forma o de las facciones, ni en la posesión de ciertos dones, sino en un espíritu humilde y reposado, en la paciencia, la generosidad, la bondad y la buena voluntad para sufrir y obrar por los demás. Debería enseñárseles a trabajar, a estudiar con algún propósito, a vivir con un fin, a confiar en Dios y temerle, y a respetar a sus padres. Luego, cuando avancen en edad, tendrán mentes más puras, más confianza en sí mismas y serán más queridas. Será imposible degradar a tales mujeres. Escaparán a las pruebas que han sido la ruina de tantas otras.—Conducción del Niño, 128.
Génesis 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Ezequiel 4:9,11 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás
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