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No sólo deben creer, sino cumplir la voluntad de mi padre, 23 de diciembre

No sólo deben creer, sino cumplir la voluntad de mi padre, 23 de diciembre
“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 7:21.

Santidad significa perfecta obediencia a la ley de Dios: “Acordarte has...” y “No... harás...” Los que no presten atención a esta ley y la abroguen con sus actos malvados, estarán en rebelión contra Dios y no podrán ser santos...

Los que afirman que han sido santificados, ¿están haciendo la obra de Cristo? ¿Han levantado ante el pueblo la ley de Dios que fuera dada en el Sinaí? Afirman que cuentan con el poder de Dios, pero las Escrituras dicen: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.” Isaías 8:20...

Otra doctrina que se presentará es la que sostiene que lo único que tenemos que hacer es creer en Cristo: creer en que él ha perdonado nuestros pecados, y que después que hemos sido perdonados ya es imposible que pequemos. Esto constituye una trampa de Satanás. Es cierto que debemos creer en Cristo. Él es nuestra esperanza de salvación. Pero también es cierto que cada día debemos llevar a cabo nuestra salvación individual con fe, sin jactancia, pero con temor y temblor. Debemos utilizar en su servicio todo el poder de que disponga nuestro ser, y después de haber hecho lo mejor posible, debemos considerarnos como siervos inútiles. El poder divino se unirá con nuestros esfuerzos, y al aferrarnos a Dios con la mano de la fe Cristo nos impartirá su sabiduría y justicia. Así es como mediante su gracia seremos capacitados para edificar sobre un fundamento seguro.

No es el propósito de Dios que seamos enanos en la vida espiritual. El Señor desea que crezcamos constantemente en la gracia y el conocimiento de la verdad. Desea que hagamos hoy un mejor trabajo para él, que el que hicimos ayer. Dios ha preparado un cielo lleno de bendiciones y desea que reclamemos estas bendiciones y... glorifiquemos a Dios como discípulos obedientes.

A medida que avanzamos paso a paso en el conocimiento del Señor, no hemos de esperar que el camino esté despejado de obstáculos. Tan ciertamente como nos esforzamos en servir al Señor, así también Satanás hará todo esfuerzo posible para producir nuestra ruina. Pero hay ayuda en Uno que es poderoso; por lo tanto, a todo hijo de Dios que luche y reclame con fe de su gracia, el Señor le brindará la asistencia necesaria. Tenemos un todopoderoso Salvador quien ha vencido en su humanidad, por lo que hemos de seguir adelante en la labor de vencer en el nombre de Jesús de Nazaret. Con su fuerza, que recibimos por fe, estamos logrando la victoria sobre el pecado.—Manuscrito 27, 1886.
https://m.egwwritings.org/es/book/1750.2890



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