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Hijos e Hijas de Dios


Daniel fue bendecido, 16 de junio https://ift.tt/4pUduH5 Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey. Daniel 1:15. Los jóvenes debieran permanecer en tal lugar que sus corazones fueran plenamente del Señor; donde honren a Dios con su fortaleza. El Señor los honrará entonces dándoles conocimiento y sabiduría. Así obró Daniel en las cortes de Babilonia, permaneciendo fiel a los principios en medio de la corrupción de los paganos. “Y Daniel propuso en su corazón de no contaminarse en la ración de la comida del rey, ni en el vino de su beber”.—The Youth’s Instructor, 25 de octubre de 1894. Por el ejemplo de Daniel y sus compañeros en Babilonia, vemos que es imposible alcanzar la norma que el Señor quiere que logren sus hijos, y practicar a la vez una religión fácil y acomodaticia, que ponga los principios a un lado y se deje dirigir por las circunstancias. Los jóvenes que sirven al Dios del cielo no pueden dedicarse a los entretenimientos mundanos, ni a comer manjares enervantes, ni a beber bebidas fuertes, porque se las presentan los honrados o ricos hombres del mundo, a quienes temen ofender al rehusar sus favores. Pueden pensar que se los honra especialmente, y que la cortesía requiere que acepten los favores que se les ofrecen; pero la lealtad a Dios debe tomar el primer lugar, y el temor de ofender al Señor del cielo debe dirigir al cristiano. El rey de Babilonia pensó que estaba concediendo grandes favores a Daniel y sus compañeros; pero ellos respetaban los mandamientos de Dios más que el favor del rey... Dios honró a Daniel, y honrará a cada joven que siga la conducta que siguió Daniel al honrar a Dios.—The Youth’s Instructor, 25 de octubre de 1894.

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