Comentarios Elena G.W https://ift.tt/15XDYj0 José viajó a través de toda la tierra de Egipto, mandando construir inmensos almacenes, y usando su mente clara y excelente juicio para ayudar en las preparaciones para asegurar los alimentos necesarios para los largos años de hambruna. Al fin terminaron los siete años de abundancia en la tierra de Egipto. “Y comenzaron a venir los siete años del hambre, como José había dicho; y hubo hambre en todos los países, mas en toda la tierra de Egipto había pan. Cuando se sintió el hambre en toda la tierra de Egipto, el pueblo clamó a Faraón por pan. Y dijo Faraón a todos los egipcios: Id a José, y haced lo que él os dijere. Y el hambre estaba por toda la extensión del país. Entonces abrió José todo granero donde había, y vendía a los egipcios; porque había crecido el hambre en la tierra de Egipto (Spiritual Gifts, t. 3, p. 152). [José] fue fiel a Dios, y su fidelidad fue un testimonio constante de la verdadera fe. Para apagar esta luz, obró Satanás mediante la envidia de los hermanos de José, quienes le vendieron como esclavo a un pueblo pagano. Sin embargo, Dios dirigió los acontecimientos para que su luz fuera comunicada al pueblo egipcio. Tanto en la casa de Potifar como en la cárcel, José recibió una educación y un adiestramiento que, con el temor de Dios, le prepararon para su alta posición como primer ministro de la nación. Desde el palacio de Faraón, se sintió su influencia por todo el país, y por todas partes se divulgó el conocimiento de Dios. En Egipto los israelitas alcanzaron prosperidad y riqueza y, hasta donde fueron fieles a Dios, ejercieron una amplia influencia (Historia de los patriarcas y profetas, pp. 343, 344). [S]e reveló Dios por medio de José al pueblo egipcio y a todas las naciones relacionadas con aquel poderoso reino. ¿Por qué dispuso el Señor exaltar a José a tan grande altura entre los egipcios? Podía lograr sus propósitos en favor de los hijos de Jacob de cualquiera otra manera; pero quiso hacer de José una luz, y lo puso en el palacio del rey para que la luz celestial alumbrara cerca y lejos. Mediante su sabiduría y su justicia, mediante la pureza y la benevolencia de su vida cotidiana, mediante su devoción a los intereses del pueblo, y de un pueblo idólatra, José fue el representante de Cristo. En su benefactor, a quien todo Egipto se dirigía con gratitud y a quien todos elogiaban, aquel pueblo pagano debía contemplar el amor de su Creador y Redentor. También mediante Moisés, Dios colocó una luz junto al trono del mayor reino de la tierra, para que todos los que quisieran, pudieran conocer al Dios verdadero y viviente. Y toda esta luz fue dada a los egipcios antes de que la mano de Dios se extendiera sobre ellos en las plagas (Historia de los patriarcas y profetas, p. 385).
Génesis 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Ezequiel 4:9,11 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás
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