Ir al contenido principal

Dios nos Cuida


En el lugar santísimo, 7 de agosto https://ift.tt/ap1QKWT Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra. Habacuc 2:20. Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo. Me fijé en el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre, pues le cubría una nube de gloriosa luz. Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía, pero que yo no podía contemplarla, porque dijo: “Si llegases a contemplar la gloria de su persona, dejarías de existir”... Vi al Padre levantarse del trono, y en un carro de llamas entró en el lugar santísimo, al interior del velo, y se sentó... Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como llamas de fuego, llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. El entró en el carro y fue llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús, el gran Sumo Sacerdote, de pie delante del Padre. Dos hermosos querubines estaban de pie en cada extremo del arca con las alas desplegadas sobre ella, y tocándose una a otra por encima de la cabeza de Jesús, de pie ante el propiciatorio. Estaban los querubines cara a cara, pero mirando hacia el arca, en representación de toda la hueste angélica que contemplaba con interés la ley de Dios. Entre los querubines había un incensario de oro, y cuando las oraciones de los santos, ofrecidas con fe, subían a Jesús y él las presentaba a su Padre, una nube fragante subía del incienso a manera de humo de bellísimos colores. Encima del sitio donde estaba Jesús ante el arca, había una brillantísima gloria que no pude mirar. Parecía el trono de Dios. Nuestro crucificado Señor implora por nosotros en presencia del Padre ante el trono de la gracia. Podemos invocar su sacrificio expiatorio para nuestro perdón, justificación y santificación. El Cordero inmolado es nuestra única esperanza. Nuestra fe lo contempla, se aferra de él como del único que puede salvar hasta lo sumo, y la fragancia de la ofrenda toda suficiente es aceptada por el Padre. La gloria de Cristo está implícita en nuestro buen éxito. Tiene un interés común por toda la humanidad. Es nuestro simpatizante Salvador.

Comentarios

Entradas populares de este blog

NIMER SIMEÓN MONTES: DIETA PLANA

¡Cuánta solicitud!

¡Cuánta solicitud! 23 de marzo Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo.  Efesios 6:11 .   CDCD 89.1 Tiempos tempestuosos se agolpan delante de nosotros. La tierra está corrompida y su corrupción aumentará. Pero ustedes pueden tener perfecta confianza en Cristo. A pesar de la violencia, el crimen y el robo, hay un Dios que es el Rey del universo. Somos sus hijos; no estamos sujetos a un destino caprichoso. Tenemos, sí, tienen ustedes, al leer las palabras de aliento pronunciadas por Cristo, la sagrada promesa que renovará las fuentes de la esperanza. Pueden regocijarse en un Salvador viviente. Es nuestro Señor que ha resucitado. Sus promesas son para todos los que quieran recibirlo.   CDCD 89.2 Las lecciones divinas de la Palabra de Dios nos demuestran que el hombre, en su totalidad, debe ser tratado respetuosamente. Las facultades de la mente, las fuertes pasiones, no deben ser aplastadas como enemigos, si...

El valor saludable de la vida al aire libre

El valor saludable de la vida al aire libre, 11 de mayo Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.  3 Juan 2 .   RJ 137.1 Las cosas de la naturaleza son bendiciones de Dios destinadas a proporcionar salud al cuerpo, al espíritu y al alma. Son dadas al que goza de buena salud para que la conserve y al enfermo para curarlo. Asociadas a los tratamientos hidroterápicos, son más eficaces para el restablecimiento de la salud que todas las drogas del mundo. RJ 137.2 En el campo, los enfermos hallan muchas cosas que apartan su atención de su persona y de sus sufrimientos. Por todas partes pueden ver las bellezas de la naturaleza: las flores, los campos, los árboles frutales cargados de sus ricos tesoros, los árboles del bosque que dan su sombra gratificante, y las colinas y los vallles con sus matices verdes tan variados y las diferentes escenas de la vida que en ellos se manifiestan.   RJ 137.3 Además, los e...