Personas comunes dotadas para servir, 19 de julio https://ift.tt/xEIrSDV Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón. 1 Samuel 16:7. Dios no acepta a los hombres por causa de sus habilidades, sino porque lo buscan a él deseando recibir su ayuda. Dios no capta las cosas como el hombre. Tampoco juzga por las apariencias. Escudriña el corazón y juzga rectamente. Dice así: “Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”. Isaías 66:2. El Señor acepta y tiene comunión con sus humildes y modestos seguidores, porque en ellos ve el más precioso material que soportará la prueba de la tormenta y la tempestad, el calor y la presión. Al trabajar para el Maestro nuestro propósito debería ser que su nombre sea glorificado en la conversión de los pecadores. Los que trabajan para ganar aplausos no son aprobados por Dios. El Señor utiliza muchos dones en su obra de salvar a los perdidos. En el futuro, hombres comunes serán impresionados por el Espíritu de Dios a dejar sus tareas para salir y proclamar el último mensaje de misericordia. Para que el éxito corone sus esfuerzos se los deberá fortalecer y animar, y preparar para el servicio tan rápidamente como sea posible. Cooperarán con los agentes celestiales invisibles, porque están dispuestos a gastarse y ser gastados en el servicio del Maestro. Son colaboradores de Dios, y sus hermanos deben desearles éxito, orando por ellos cuando salen a cumplir la gran comisión. Ninguno está autorizado a estorbar a tales mensajeros. Deberán ser tratados con el mayor de los respetos. No deben pronunciarse palabras de burla acerca de ellos mientras siembran la semilla del evangelio en los lugares difíciles de la tierra.—The Review and Herald, 4 de julio de 1907.
Génesis 1:29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Ezequiel 4:9,11 Y tú toma para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él. Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás
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