Bajo
el cuidado del gran maestro, 25 de febrero
De
modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17. AFC
62.4
Cuando
el corazón se convierte realmente, eso se manifiesta en una transformación del
carácter, pues los convertidos se asemejan a Cristo. El orgullo no mora más en
el corazón, el pecado parece abominable. El alma convertida odia las cosas
que depravan su sensibilidad moral. Odia lo que crucificó al Señor de la vida y
de la gloria. Los que están verdaderamente convertidos crecen en el
conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y al aumentar el conocimiento de
Cristo, ven más claramente dónde radica su propia debilidad, comprenden la
profunda depravación de su naturaleza. Comprenden la fuerza del pecado, y
conocen el poder de sus viejos hábitos... Diariamente se dan cuenta de su
incapacidad para hacer cualquier cosa sin la ayuda de Jesucristo... AFC
62.5
Cuando
el pecador contempla al Cordero de Dios, ve más claramente lo que ha provisto
Dios para quitar los pecados del mundo. Ve la suficiencia y capacidad del
Espíritu de gracia para cada conflicto... AFC 63.1
El
verdadero cristiano no rehusará ser abnegado por causa de Cristo. Los que son
hijos de Dios son obreros fervientes; no son siervos indolentes. No hay
zánganos en la casa de Dios. Cada miembro de la familia de la fe tiene una obra
que le ha sido asignada... Si es estudiante en la escuela de Cristo, aprenderá
la forma de dar testimonio, cómo orar, cómo ser un testigo viviente para el
Maestro... AFC 63.2
El
verdadero cristiano será un estudiante diligente y constante. Comprenderá que
le falta sabiduría, fortaleza y experiencia, y colocará su voluntad y todos sus
intereses al cuidado del gran Maestro.—Carta 12a, 1893. AFC 63.3
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