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El Cristo Triunfante


Dios necesita hombres incorruptibles, 23 de junio https://ift.tt/uqoUtGW “Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino más de cuarenta ciclos de plata, y aún sus criados se enseñoreaban del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de Dios”. Nehemías 5:15. Me fue presentado el caso de Nehemías. No fue éste un hombre apartado para ser sacerdote o profeta, sino que el Señor lo utilizó para realizar una labor especial... Los hijos de Israel fueron llevados cautivos a Babilonia porque se habían apartado del Señor y ya no sentían que era responsabilidad de ellos mantener la pureza de principios ante las naciones que los rodeaban. A causa de esta separación de Dios, el Señor los humilló. No podía trabajar en favor de su prosperidad, no podía cumplir su pacto con ellos mientras no manifestasen lealtad a los principios que les fueron conferidos y que debían cuidar celosamente y preservar de los métodos y prácticas de las naciones paganas que deshonraban el nombre de Dios... El Señor los abandonó a sus propios caminos, y los inocentes padecieron junto con los pecadores en Sion. Pero entre los hijos de Israel se contaban patriotas cristianos, hombres que eran tan fieles a los principios como el acero, y a estos hombres leales y genuinos el Señor los contempló complacido... Ellos habrían de padecer con el culpable, pero en la providencia divina este cautiverio habría de ponerlos de manifiesto. En virtud de su ejemplo de integridad inmaculada habrían de resplandecer con brillo celestial en medio de su cautiverio en Babilonia. Muchos integrantes del pueblo elegido habían demostrado que no eran dignos de confianza. Se habían apartado de Dios y se volvieron egoístas, artificiosos y deshonestos. El proceder de Daniel y sus compañeros y de Esdras y Nehemías, señaló un enorme contraste con su conducta, y el Señor bendijo especialmente a estos hombres que se mantuvieron firmes en la posición correcta... Nehemías y Esdras eran hombres capaces de percibir las circunstancias favorables. El Señor tenía una labor especial para ellos. Habrían de pronunciar un llamamiento al pueblo para que consideraran sus caminos y descubriesen en qué habían errado, pues el Señor no habría de permitir que la ineficacia y la confusión se apoderaran de su pueblo y fuesen llevados en cautividad sin causa alguna... El Señor eligió a Nehemías porque él estuvo dispuesto a colaborar con Dios como un restaurador... No sería manejado ni corrompido por los caprichos de hombres sin principios que habían sido contratados para hacer una obra de mal. No permitiría ser intimidado para seguir un curso de acción cobarde. Cuando vio que se seguían principios equivocados, no se mantuvo en la pasividad de un espectador, ni aprobó con su silencio dicha acción. Defendió con firmeza lo que era correcto. No habría de permitir que la más mínima influencia de perversión se introdujera en los principios que Dios había establecido. Cualquiera que fuese el curso que otros pudieran seguir, el diría: “Pero yo no hice así, a causa del temor de Dios”.—Manuscrito 121, 1898.

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